martes, 1 de mayo de 2012

Aspe, primero de mayo de 1916

Posiblemente, la celebración más importante del día internacional del trabajo que se ha realizado en Aspe sucedió el primero de mayo de 1916. Las organizaciones obreras del pueblo: alpargateros, sobre todo, y la recién creada sociedad de agricultores “Los Convencidos”, organizaron el acto que venía ya “calentito” tras varias manifestaciones y reuniones de los delegados del Centro Obrero con el alcalde, Francisco Alcaraz Pavía, a causa de la carestía de las subsistencias y de la precariedad de los salarios.
Con algunos días de antelación, se repartió por la localidad una hoja para animar a los trabajadores aspenses a sumarse a la manifestación. La hoja se publicó en el periódico Alicante Obrero el viernes 28 de abril y decía así:

el 1º de mayo.-  A los trabajadores. Fraternales camaradas, hoy es el día señalado por el Congreso Internacional de París de 1889 para protestar de las leyes draconianas que en maleficio de la clase trabajadora promulgan los gobiernos burgueses y al mismo tiempo pedirles a estos que legislen leyes beneficiosas para satisfacer en algo nuestros anhelos de liberación humana. Los momentos por lo que atraviesan Europa y el mundo entero son tan graves por culpa de la terrible tragedia que aniquila a la casi totalidad de Europa, que ningún estadista por sabio y optimista que sea, se atreve a adelantar ningún juicio halagüeño para cuando se ponga fin a esta horrible carnicería.
            Todas las naciones neutrales sufren las consecuencias de esta guerra maldita: pero España, ¡oh, España! Por su posición geográfica, por estar casi recibiendo el calor de la terrible hoguera, debió nadar en oro; pero el espíritu del capitalista español dado tan solo a cortar el "cupón" no les ha permitido ver que, sacando esos ¡cinco mil millones de pesetas!, que tiene en los sótanos de los bancos para aprovechar el lapso de parada que tengan esos gigantes de naciones mientras dure la guerra, en la industria y el comercio, fomentando este y montando nuevas industrias. Pero no lo han hecho así y por eso estamos tocando las consecuencias. Trabajadores: mientras hermanos nuestros sucumban en los campos helados por el frío y de insolación por un sol tropical y del fuego terrible de los cañones, no podemos hacer fiestas paganas como otros años en el día de hoy.
            Solamente, en manifestación pacífica y ordenada, le entregaremos a la primera autoridad local para que las trasmita al Gobierno, las conclusiones siguientes:
-        Protestar enérgicamente contra el actual gobierno por haber empleado el mauser en Valencia, en La Unión y en Logroño para acallar a los obreros que solicitaban trabajo o el abaratamiento de las subsistencias.
-        Jornada de ocho horas, como punto de principal de la legislación protectora del trabajo.
-        Realización de obras que ocupen a todos los trabajadores desocupados
-        Terminación de la guerra de Marruecos y en tanto esto dure, que vayan a ella los hijos de los ricos, como van los hijos de los pobres.
-        Derogación de la bochornosa ley de Jurisdicciones.
-        Extensión de los beneficios de la ley de Accidentes del Trabajo a los obreros del campo.
-        Supresión del trabajo nocturno en el ramo de la panadería.
-        Aprobación del Código minero, solicitado insistentemente por los obreros de dicha industria.
-        Reglamentación del trabajo de los obreros del mar, y concesión de una amnistía para todos los condenados o procesados por delitos políticos o sociales.
            ¡Compañeros! Estas son las reclamaciones a los poderes constituidos.
            Y ahora, para demostrar que hay completa armonía y unidad de pensamiento en la clase productora, abandonad el trabajo en este día, como el señalado por nosotros para reclamar nuestras reivindicaciones societarias. ¡Compañeros y compañeras, todos a la manifestación! ¡Viva la unión de todos los trabajadores! ¡Viva el 1º de Mayo! - La comisión. (1)

Efectivamente, a las 8 y media de la mañana del lunes 1 de mayo, un numeroso grupo de personas se agruparon en la plaza de la Concepción, flanqueados por las puertas del Centro Obrero y de la ermita del mismo nombre. La manifestación partió, por la calle de Santa Cecilia y calle Mayor, hacía la plaza de Alfonso xii y desde allí, por la Avenida de Los Álamos, Méndez Álvaro, Santa Teresa, del Carmen, del Nuncio y calle Alta, de nuevo llegó a la plazuela de la Concepción. Frente a la manifestación “un grupo de lindas alpargateras adornaban el conjunto con su gentil donaire ajenas a los rutinarismos (sic) y al que dirán de la beata teoría andante”. (2)
La manifestación fue un éxito sin precedentes para las organizaciones obreras de Aspe, los participantes superaron la cifra de 1.500 personas y al llegar al Centro Obrero quedaron agrupados sin querer disolverse. Desde un balcón, el presidente de los alpargateros José Torres Galvañ se dirigió a la multitud para darles las gracias por su apoyo y, después, salió Fray Feliú (3), en este momento, el espectáculo que presentaba la espaciosa plazuela era imponente, pues habían ido a escuchar el discurso políticos de todos los partidos. Los balcones inmediatos estaban atestados de personas, algunas de ellas curiosas y otras expectantes por el mitin. En su arenga citó a Plutarco y su canto a la cultura como única forma de regenerar a la patria y a la clase trabajadora.
            El discurso duró más de lo normal, tanto que, el orador perdió el tren que le debía de llevar de vuelta a Alicante, y, a consecuencia de esto, se organizó en la misma noche una conferencia con el tema "La política social-religiosa".
Así lo contaba Tomás Alenda del Valle, Lerele, corresponsal de Alicante Obrero y de El Luchador el dos de mayo de 1916. Un año más tarde, debido a la huelga general de 1917, fueron detenidos y encerrados en las mazmorras del Castillo de Santa Bárbara de Alicante cuatro alpargateros: José Torres Galvañ, Francisco Alcolea García, Antonio García Moreno y Antonio Botella Abad. El total de la provincia de Alicante fue de doscientos detenidos, mayoritariamente socialistas y sindicalistas. Nunca más volvieron a trabajar como alpargateros. Los años siguientes fueron de lucha y confrontación, los días del trabajo, menos concurridos y con pocas celebraciones, por los menos hasta el advenimiento de la Republica, el 14 de abril de 1931, pero eso, es otra historia.

(      (1)  Alicante Obrero, 28/04/1916, 1-2
(      (2)  Alicante Obrero, 05/05/1916,
(    (3)  Fray Feliú era el seudónimo de José Llorens Codes, alcoyano, redactor y presidente del Alicante Obrero.

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