Posiblemente,
la celebración más importante del día internacional del trabajo que se ha
realizado en Aspe sucedió el primero de mayo de 1916. Las organizaciones
obreras del pueblo: alpargateros, sobre todo, y la recién creada sociedad de
agricultores “Los Convencidos”, organizaron el acto que venía ya “calentito”
tras varias manifestaciones y reuniones de los delegados del Centro Obrero con
el alcalde, Francisco Alcaraz Pavía, a causa de la carestía de las subsistencias y de la precariedad de los salarios.
Con
algunos días de antelación, se repartió por la localidad una hoja para animar a
los trabajadores aspenses a sumarse a la manifestación. La hoja se publicó en el
periódico Alicante Obrero el viernes 28 de abril y decía así:
el 1º de mayo.- A los trabajadores. Fraternales camaradas, hoy es el día
señalado por el Congreso Internacional de París de 1889 para protestar de las
leyes draconianas que en maleficio de la clase trabajadora promulgan los
gobiernos burgueses y al mismo tiempo pedirles a estos que legislen leyes
beneficiosas para satisfacer en algo nuestros anhelos de liberación humana. Los
momentos por lo que atraviesan Europa y el mundo entero son tan graves por
culpa de la terrible tragedia que aniquila a la casi totalidad de Europa, que
ningún estadista por sabio y optimista que sea, se atreve a adelantar ningún
juicio halagüeño para cuando se ponga fin a esta horrible carnicería.
Todas las naciones
neutrales sufren las consecuencias de esta guerra maldita: pero España, ¡oh,
España! Por su posición geográfica, por estar casi recibiendo el calor de la
terrible hoguera, debió nadar en oro; pero el espíritu del capitalista español
dado tan solo a cortar el "cupón" no les ha permitido ver que,
sacando esos ¡cinco mil millones de pesetas!, que tiene en los sótanos de los
bancos para aprovechar el lapso de parada que tengan esos gigantes de naciones
mientras dure la guerra, en la industria y el comercio, fomentando este y
montando nuevas industrias. Pero no lo han hecho así y por eso estamos tocando
las consecuencias. Trabajadores: mientras hermanos nuestros sucumban en los
campos helados por el frío y de insolación por un sol tropical y del fuego
terrible de los cañones, no podemos hacer fiestas paganas como otros años en el
día de hoy.
Solamente, en
manifestación pacífica y ordenada, le entregaremos a la primera autoridad local
para que las trasmita al Gobierno, las conclusiones siguientes:
-
Protestar enérgicamente
contra el actual gobierno por haber empleado el mauser en Valencia, en La Unión
y en Logroño para acallar a los obreros que solicitaban trabajo o el
abaratamiento de las subsistencias.
-
Jornada de ocho horas, como
punto de principal de la legislación protectora del trabajo.
-
Realización de obras que
ocupen a todos los trabajadores desocupados
-
Terminación de la guerra de
Marruecos y en tanto esto dure, que vayan a ella los hijos de los ricos, como
van los hijos de los pobres.
-
Derogación de la bochornosa
ley de Jurisdicciones.
-
Extensión de los beneficios
de la ley de Accidentes del Trabajo a los obreros del campo.
-
Supresión del trabajo
nocturno en el ramo de la panadería.
-
Aprobación del Código minero,
solicitado insistentemente por los obreros de dicha industria.
-
Reglamentación del trabajo de
los obreros del mar, y concesión de una amnistía para todos los condenados o
procesados por delitos políticos o sociales.
¡Compañeros! Estas
son las reclamaciones a los poderes constituidos.
Y ahora, para
demostrar que hay completa armonía y unidad de pensamiento en la clase
productora, abandonad el trabajo en este día, como el señalado por nosotros
para reclamar nuestras reivindicaciones societarias. ¡Compañeros y compañeras,
todos a la manifestación! ¡Viva la unión de todos los trabajadores! ¡Viva el 1º
de Mayo! - La comisión. (1)
Efectivamente,
a las 8 y media de la mañana del lunes 1 de mayo, un numeroso grupo de personas
se agruparon en la plaza de la Concepción, flanqueados por las puertas del
Centro Obrero y de la ermita del mismo nombre. La manifestación partió, por la
calle de Santa Cecilia y calle Mayor, hacía la plaza de Alfonso xii y desde allí, por la Avenida de Los
Álamos, Méndez Álvaro, Santa Teresa, del Carmen, del Nuncio y calle Alta, de
nuevo llegó a la plazuela de la Concepción. Frente a la manifestación “un
grupo de lindas alpargateras adornaban el conjunto con su gentil donaire ajenas
a los rutinarismos (sic) y al que dirán de la beata teoría andante”.
(2)
La manifestación fue un éxito sin
precedentes para las organizaciones obreras de Aspe, los participantes
superaron la cifra de 1.500 personas y al llegar al Centro Obrero quedaron
agrupados sin querer disolverse. Desde un balcón, el presidente de los
alpargateros José Torres Galvañ se dirigió a la multitud para darles las
gracias por su apoyo y, después, salió Fray Feliú (3), en este momento, el
espectáculo que presentaba la espaciosa plazuela era imponente, pues habían ido
a escuchar el discurso políticos de todos los partidos. Los balcones inmediatos
estaban atestados de personas, algunas de ellas curiosas y otras expectantes por
el mitin. En su arenga citó a Plutarco y su canto a la cultura como única forma de regenerar a la patria y a la clase
trabajadora.
El
discurso duró más de lo normal, tanto que, el orador perdió el tren que le
debía de llevar de vuelta a Alicante, y, a
consecuencia de esto, se organizó en la misma noche una conferencia con el tema
"La política social-religiosa".
Así lo contaba Tomás Alenda del
Valle, Lerele, corresponsal de Alicante
Obrero y de El Luchador el dos de
mayo de 1916. Un año más tarde, debido a la huelga general de 1917, fueron detenidos y
encerrados en las mazmorras del Castillo de Santa Bárbara de Alicante cuatro
alpargateros: José Torres Galvañ, Francisco Alcolea García, Antonio García
Moreno y Antonio Botella Abad. El total de la provincia de Alicante fue de doscientos
detenidos, mayoritariamente socialistas y sindicalistas. Nunca más volvieron a
trabajar como alpargateros. Los años siguientes fueron de lucha y confrontación, los días del trabajo, menos concurridos y con pocas celebraciones, por los menos hasta el advenimiento
de la Republica, el 14 de abril de 1931, pero eso, es otra historia.
( (1) Alicante Obrero, 28/04/1916, 1-2
( (2) Alicante Obrero, 05/05/1916,
( (3) Fray
Feliú era el seudónimo de José Llorens Codes, alcoyano, redactor y presidente
del Alicante Obrero.