Hacia 1995,
cuando era estudiante de arqueología tuve que hablar con Ramón Berenguer,
Alcalde de Aspe, para tratar de parar unas intervenciones ilegales en el
entorno de las Tres Hermanas, en Aspe, donde se encuentra un edificio singular de la cultura ibérica datado en el siglo IV aC.
Llevé el caso al
departamento de Arqueología de la UA y me encargaron el trabajo de estudiar el
yacimiento y publicarlo: se protege lo que se conoce.
Para ese trabajo
conté con la inestimable colaboración, por iniciativa propia, de un compañero
de facultad. Dibujamos plantas, secciones, todos los materiales depositados en
la Casa del Cisco “de procedencia desconocida” y el yacimiento se publicó
finalmente en la revista universitaria Lucentum.
Hoy me entero
que mañana van a excavar el yacimiento. El Ayuntamiento de Aspe ha encargado el
proyecto a quien fuera mi colaborador. Me he enterado de casualidad y molesta
que te ninguneen, sí. Y molesta que se pusiera como condición de que no contaran conmigo y de ocultarme el proyecto. Molesta que desde la concejalía de Cultura de este pueblo se utilice la instituciones pública contra las personas .
No sé si es
falta de educación, de código deontológico, simplemente torpeza o algo más. Pero no son
formas.
Es lo que tiene
la arqueología imaginaria: puertas inventadas y muy poca ética.